Compuesta por Vittorio Monti (1868–1922), un violinista, director de orquesta y compositor italiano, en el año 1904. Aunque Monti no era húngaro, se inspiró profundamente en la música folclórica húngara y romaní, especialmente en el csárdás, un baile tradicional que comienza con un lento y melancólico lassú y culmina en un rápido y frenético friss. Interpretar «Csárdás» en flauta dulce acompañada de piano no solo es un reto técnico, sino también una oportunidad para explorar la riqueza de la música folclórica europea y su adaptación al ámbito clásico.

Aunque originalmente escrita para violín y piano, «Csárdás» ha sido adaptada para una amplia variedad de instrumentos, incluyendo flauta dulce, clarinete, trompeta y violonchelo. Su universalidad radica en su capacidad para destacar las cualidades técnicas y expresivas de cualquier instrumento. Esta pieza es una de las composiciones más populares dentro del repertorio de música clásica ligera y folclórica. Ha sido interpretada por músicos de renombre en conciertos y grabaciones, consolidándose como un estándar para músicos avanzados.